En entrevista con Bajo La Lupa, Edgardo Martirena, director de La 30, contó cuáles son los desafíos de la icónica emisora.
«95 años es una vida, para mí es un honor estar dirigiendo La 30, respirás historia , es una enorme responsabilidad tener tanta gente trabajando y ser responsable por todos y cada uno de ellos».
Entre los principales desafíos como medio de comunicación lo primero es subsistir. «Los medios estamos complicados, la publicidad en radios ha mermado considerablemente».
Según explicó el director ejecutivo de CX 30, Radio Nacional, la idea es posicionar nuevamente a La 30 como la radio emblemática que siempre fue y que su programación pueda llegar a todos los hogares con una visión «plural».
«Llegar a todos los hogares que deseen escucharnos y con todos los mensajes y que cada uno pueda formarse el propio a través de todo lo que se diga a lo largo de la programación».
Ser una radio «de opinión» es el objetivo de La 30. «Transformarse en radios líderes es un objetivo comercial, prefiero transformarse en una radio de opinión y que todas las opiniones esten aquí y puedan ser debatidas, controvertidas y charlar sobre las mismas para que cada escucha tenga su opinión».
La pluralidad en la grilla de La 30 es el faro guía de la histórica emisora.
«La realidad es que cada vez más se está fanatizando de que sos de un lado o sos del otro. Los medios de comunicación no deberíamos entrar en ese esquema y dar la posibilidad a todas las voces y opiniones que conformen a su audiencia y en eso estamos», reflexionó el director de La 30.
Edgardo Martirena contó en Bajo La Lupa que desde que asumió la dirección, la radio siempre fue considerada como un «bastión de la izquierda». «Yo tengo una excelente relación con toda la gente que hace programas aquí que tienen ese perfil, pero también recibí en aquellos momentos gran cantidad de llamados manifestando su disconformidad porque era sólo un relato. Trato de estar lo más informado posible de lo que pasa en todas las radios y en el momento que supe que Bajo la Lupa no estaba más en el díal, consultando con los demás compañeros entendimos como un gran desafío para nosotros que estuvieran aquí y expresaran sus opiniones con la libertad absoluta. Todos los programas que han estado aquí bajo mi dirección nunca han tenido mi participación en qué decir. Sí exigimos a todos el respeto debido, el dar la chance que si alguien se siente atacado o mencionado en un programa y quiere venir a dar su opinión tiene y es obligación que se le ofrezca venir a dar su versión».
En ese sentido, la grilla de programación de La 30 apunta a esa pluralidad de opiniones y visiones, programas periodísticos de opinión, programas partidarios y sindicales, entre otros. «Conviven y no se pelean, eso quiere decir que se puede».
Según explicó Edgardo Martirena, La 30 «camina permanentemente sobre un pretil».
«Para mucha gente es de izquierda entonces te cierran puertas. Para otro grupo de gente de izquierda dicen: «está manejada por un blanco» entonces también te cierran puertas. Tenemos que caminar por nuestro propio camino, es un camino más largo pero más satisfactorio. No le debemos nada a nadie, hacemos nuestro camino y esperamos llegar a buen puerto», reflexionó.
Con respecto a contar con la pauta oficial en los medios, dijo que es muy importante aunque puntualizó que cuando gobernaba el FA no le daban nada porque «estaba manejada por una persona simpatizante del PN» y ahora que hubo cambio de gobierno, cada vez que presentan propuestas de pauta publicitaria tienen que explicar que la radio no es «de izquierda». «Es muy fácil para ellos negar la pauta. Hoy no hay pauta, usamos ingenio más que pauta y tratamos de subsistir con ello. No es fácil».
Martirena echó luz sobre quién es el dueño de CX30 Radio Nacional y puntualizó que no pertenece más a Alberto Grille. «Cuando gente afín a mí compra La30 había que comprarle a Alberto Grille que era promitente comprador de Carlos Spadone (empresario de Medios en Argentina). Tuve que hacer dos negociaciones, una con Grille aquí en Uruguay y otra en Argentina con Spadone, se le compró a los dos. Spadone quedó con un simbólico 20% de las acciones y el grupo nuestro es dueño del 80%».
Cuando se compra una radio hay que presentar en la unidad reguladora de los servicios de comunicación (Ursec) la documentación correspondiente para el cambio de titulares. Según contó Martirena, en 2014 se presentaron los documentos y hasta el día de hoy no se ha producido el cambio de nombre de los dueños. «Muchos creyeron y tal vez con acierto que mi venida a La 30 era un cambio radical en el perfil de contenidos y creo que quisieron trancar un poco los trámites administrativos. En estos años, hasta estos últimos días nos presentamos para ver nuestro trámite y mis abogados y escribanos han presentado 4 veces todos los papeles y la última vez creo que faltaba el certificado de buena conducta», relató.
Finalmente la documentación apareció y desde Ursec se comunicaron con él. «Dijeron que encontraron el expediente y nos iban a llamar a la brevedad. Tenemos todo documentado».
Martirena dijo en Bajo la Lupa que se identifica como «simpatizante» del Partido Nacional.
«He sido Convencional del PN, no es algo que esconda. No soy un activo participante y mucho menos estando al frente de un medio de comunicación» puntualizó.
«Esto es un negocio comercial y como tal lo trato de encausar usando sentido común».
Su vinculación como simpatizante del PN le generó que muchos programas al asumir como director en La 30 se retiraran de la grilla de forma voluntaria. «En los primeros meses muchos programas de izquierda o sindicatos se alejaron. Hubo un gran vacío, recorrí todos, golpée puertas y les expliqué que compraba la radio por un tema de negocio y todos volvieron. Tengo una relación cordial», aseguró.
Hoy la pluralidad de La 30 queda de manifiesto con la presencia de espacios contratados desde sindicatos a programas de opinión.
«Mi finalidad es que se diga lo que se tiene que decir y si la otra parte se siente tocada los micrófonos están abiertos, que vengan aqui a contestar . Es ilógico responder por otros medios, me pegás acá y grito en otro lugar, me parece una acción infantil».
Respecto a la nueva programación de la mañana, el director de La 30 dijo que «cambió la mañana, se puso mucho más activa. Estamos contentos con la audiencia que tenemos y está en crecimiento permanente».
Experiencia en medios:
Edgardo Martirena tiene trayectoria en medios de comunicación, creando desde cero un canal de televisión como VTV el cual nació luego de la crisis del 2002. En aquel tiempo el dicho crisis es igual a oportunidad realmente aplicó a rajatabla para Martirena y un grupo de trabajadores liderados por él.
«Estábamos en otro canal de cable (Señal 1) que estaba con enormes problemas en cuanto a quiénes eran los dueños. En un momento era Fasano, luego un contador Nelson García y las disputas entre ellos afectaban a más de 70 personas que trabajaban en Señal 1. Allí, en esa soledad de direcciones se fue forjando una idea de poner un canal propio y con muchos de esos funcionarios fue lo que hicimos», relató.
Fue así como el 20 de enero de 2003 salió la primera emisión al aire de VTV con unos 30 o 40 funcionarios. «Comenzábamos en los cables del interior y se fue afianzando con un perfil 100% uruguayo. No poníamos contenido que viniera del exterior para darle perfil nacional. Fuimos teniendo éxito y fue muy linda esa etapa donde se hacía todo en vivo, fue un momento genial. Después con el tiempo se hizo alianza con Tenfield, el fútbol empezó a salir por VTV y como son las cosas a veces también tomamos decisiones equivocadas y en un momento tuvimos que irnos y siguió Tenfield con el canal».