Resulta cada vez más importante envejecer de manera saludable: los países fuera de África están envejeciendo a tasas más aceleradas. Si continúan estas tendencias demográficas, una de cada cinco personas en el mundo tendrá más de 65 años llegado el 2050, y cerca de 500 millones de personas tendrán más de 80 años.
Los jóvenes, una población cada vez más pequeña, tendrán que cuidar de las poblaciones de adultos mayores, y atender la salud de la población mayor la cual es muy costosa.
No deja de asombrar que abunden las opiniones negativas en torno a la vejez en un mundo repleto de adultos mayores.
Una encuesta de la Organización Mundial de la Salud encontró que el 60% de las personas en 57 países tiene una opinión negativa de la vejez. A los ancianos se los percibe a menudo como personas menos competentes y menos capaces que los jóvenes. Se los considera una carga para la sociedad y para sus familias, en lugar de valorarlos por poseer conocimiento útil, sabiduría y experiencia.
En un ranking global elaborado por la organización periodística Orb Media en base a datos de muchas fuentes estadísticas, y que intenta medir el respeto hacia los ancianos en casi 60 países, Uruguay se encuentra de media tabla para abajo. El líder es Hungría, con un puntaje de 4,80, y el peor posicionado es Ucrania, con 2,84. Uruguay obtuvo 3,63.
Cumplir años es para el Fondo Monetario Internacional (FMI) un «un riesgo financiero». Por eso, el organismo económico considera clave combinar el aumento en la edad de jubilación y de las contribuciones a los planes de pensiones con «recortes de las prestaciones futuras». El envejecimiento de la población, asegura, debe ser contrarrestado con tiempo para que no afecte a la estabilidad financiera, pública y privada.
Es lo que dice ‘El impacto financiero del riesgo de longevidad’, capítulo del Informe sobre la Estabilidad Financiera Mundial que ha elaborado el Fondo. En el texto, el FMI considera «esencial» permitir que la edad de jubilación aumente a la par de la longevidad esperada, algo que podría ser impuesto por los gobiernos o realizarse mediante la oferta de incentivos a los particulares para que posterguen su jubilación.
Retrasar la edad de jubilación prolonga el período de acumulación de recursos jubilatorios y acorta el período de uso de los mismos, insiste. Son, por tanto, las pensiones las que centran las miradas de la institución: «Si no es posible incrementar las contribuciones o subir la edad de jubilación, posiblemente haya que recortar las prestaciones», advierte el informe.
El FMI avisa de que si el promedio de vida para 2050 aumentara tres años más de lo que se espera actualmente, «los costes del envejecimiento, que ya son enormes, podrían aumentar 50%». Por tanto, para el FMI una longevidad inesperada más allá de lo que recogen las previsiones constituye «un riesgo financiero» para los gobiernos y las entidades que ofrecen prestaciones definidas.
La actual longevidad, que en términos médicos se considera un gran avance de la salud pública, constituye al parecer, un grave inconveniente para la economía y también para la sociedad.
En el año 2013 el frente amplio con José Mujica como presidente, puso sobre la mesa la discusión sobre subir la edad jubilatoria, acatando el mandato del Fondo Monetario Internacional, no hace falta explicar, ya que hay pruebas evidentes que «el líder de los pobres», sigue la línea del primer orden mundial y se apega rigurosamente a la agenda global, promoviendo durante su mandato, el aborto, el cannabis y el matrimonio igualitario, asi como la agenda lgtb, y en esta materia, la de nuestros viejos, alineándose con Christine Lagarde.
No solo Mujica se alinea al FMI, sino también el actual presidente Luis Lacalle Pou, quien también se mostró a favor de subir la edad jubilatoria a todos aquellos que ingresaran a la actividad laboral, mostrándose a favor de otro lineamiento del Fmi que es el de generar incentivos a los que estén próximos a jubilarse, para que estén activos laboralmente unos años más, de esta manera, según el actual presidente, se podrían retirar de la actividad laboral con una jubilación mejor.
Qué quiero decir con esto, que no hay izquierdas ni derechas que no obedezcan a la agenda mundial, habrán escuchado muchos discursos y de distintos pelos políticos, que repiten la famosa frase ´´vivimos en un mundo globalizado´´verdad?
Nuestro país se indignó con el fallecimiento por Covid-19 de adultos mayores que estaban en residenciales de ancianos.
Pero la indignación aumentó al saber que hay 1.208 residenciales en nuestro país, donde viven aproximadamente 15.000 personas adultas mayores. La mitad de esas casas está en Montevideo y la otra mitad en el interior del país.
Hay 1.208 residenciales pero sólo 41 están habilitados por el Ministerio de Salud Pública y 10 están en proceso de habilitación.
De los 1.208, 208 están en situación crítica, 110 están por debajo del “respeto a los derechos humanos”, de acuerdo a un informe realizado por el Ministerio de Desarrollo Social, Salud Pública y Cruz Roja.
Pero lamentablemente esto no es de ahora, ya que hace años que las residenciales que albergan a nuestros queridos viejos, tienen irregularidades que desde la omisión del estado y la indiferencia social, se vienen cobrando muchas vidas.
En mayo de 2016 siete ancianos murieron en un incendio en el residencial “La época dorada” del barrio Atahualpa. El local no contaba con habilitación del Bomberos, y por tanto tampoco estaba habilitado para operar como hogar de ancianos.
Meses más tarde, en julio de 2017, funcionarios de Salud Pública se presentaron en una casa de Río Branco en la que funcionaba un residencial clandestino. No encontraron a nadie. El dueño del local supo que lo inspeccionarían y ocultó a los ancianos en un galpón en un campo ubicado a las afueras de la ciudad.
Los ancianos en mal estado de salud debieron ser internados. El caso volvió a poner en agenda las malas condiciones de algunos residenciales, y las dificultades de las autoridades para controlar su funcionamiento.
Sin embargo, y a pesar de la publicidad del caso, el hombre siguió recibiendo ancianos hasta que finalmente fue procesado en abril de 2018.
En julio de ese año el Ministerio terminó de elaborar el registro público de residenciales, lo que dejó en evidencia la informalidad del sector. De los 900 residenciales registrados entonces, 732 no tenían permiso e incumplían los requisitos elementales para funcionar de acuerdo a lo establecido por el Salud Pública y el Ministerio de Desarrollo Social. Otros 140 tenían deficiencias menores aunque podían recibir usuarios y solo 20 tenían licencia para prestar servicio. Además se clausuró a ocho residenciales clandestinos.
En 2018 el Sistema Nacional de Cuidados presentó un plan de préstamos blandos por hasta 550 mil pesos para que residenciales inviertan en hacer cambios edilicios y de formación de personal que les permitan ser habilitados.
Solo 16 empresas hicieron uso de este préstamo, según fuentes del Sistema Nacional de Cuidados. Dos años más tarde, la informalidad sigue siendo la norma
Pero hablemos de esta pandemia, del momento actual, de este flagelo que tiene atemorizados a todos, pero particularmente a la denominada ´´población de riesgo´´los más vulnerables, los viejos.
A medida que los casos del nuevo coronavirus, conocido como la COVID-19, avanzaban mundialmente, los investigadores descubrían que los adultos mayores eran particularmente susceptibles a las enfermedades respiratorias que pueden causar neumonía y otros síntomas como fiebre, tos y dificultad respiratoria.
Las estimaciones preliminares sugirieron que el virus, que en ese momento había enfermado a decenas de miles de personas y había resultado en la muerte de cientos, tenía una tasa de fatalidad de aproximadamente el 2%. Los primeros hallazgos de China, que pertenecían a las primeras 17 personas que murieron en el brote, revelaron que la edad promedio de estas víctimas era de 75 años, mientras que un estudio publicado en el nuevo diario ingles de medicina descubrió que la edad promedio de las primeras 425 personas infectadas con el virus era de 59 años.
Existen dos razones principales para la mayor susceptibilidad de los adultos mayores al coronavirus. La primera es que los adultos mayores son más propensos a padecer de enfermedades subyacentes que impiden la capacidad del organismo para combatirlas y recuperarse, tal como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
La segunda causa tiene que ver con la manera en que nuestra respuesta inmunitaria cambia con el paso de los años, algo que muchos investigadores están todavía tratando de entender. Sus investigaciones con los coronavirus han demostrado, por ejemplo, que los ratones más viejos experimentan más inflamación temprano en el curso de la enfermedad. Esto tal vez «prepara el camino» para un daño pulmonar que no se puede superar más adelante.
Es ahí que inevitablemente comenzamos a hilar y entretejer teorías conspirativas en torno a la particularidad de este virus y por qué no hacerlo, alguien puede pensar que no existen las intenciones de dominio mundial, que la eugenesia no existe, que los diabólicos planes de evitar una supuesta superpoblación mundial no se están llevando a cabo, o que cada tanto los poderosos del mundo pasan a la humanidad por un gran cernidor?
La superpoblación es un fenómeno demográfico que se produce cuando la densidad de población es elevada. … La superpoblación es un problema de gran relevancia debido a que la población mundial crece aproximadamente a 200.000 personas por día.
Un informe de la Oganización de las Naciones Unidas (ONU) expone que la población mundial crece de manera progresiva. Actualmente somos unas 7.600 millones de personas y se prevé que para el año 2030 sean 8.600 millones. Según estos datos, habrá unos 1000 millones de personas más durante la próxima década.
Existe un temor bastante difundido de que el incremento de seres humanos en el mundo conduce a una mayor pobreza.
En el siglo XVIII, el demógrafo Thomas Malthus ya advertía de que el constante aumento de la población acarrearía un déficit en el abastecimiento de comida a nivel mundial. Nada más lejos de la realidad. Según los datos recopilados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, a pesar del reconocido aumento poblacional, la producción de alimentos ha ido creciendo paulatiamente, al igual que también se ha podido percibir un descenso continuo de la pobreza en el mundo. Por tanto, es evidente que la teoría malthusiana no es válida para tratar esta cuestión.
En las últimas décadas se han barajado varias alternativas para frenar la superpoblación. Sin ir más lejos, destaca la archiconocida política de control de natalidad establecida en China, en donde solo estaba permitido tener un hijo por pareja (ahora ya está permitido tener dos hijos por pareja). En este caso, se constató que dicha política restrictiva no obtuvo los resultados esperados en cuanto a la reducción poblacional se refiere. Esto es debido a que las mujeres chinas que querían tener más de un hijo optaron por dar a luz en el extranjero.
Sin duda, la superpoblación sigue siendo un tema candente en el seno de la sociedad. Si hace décadas eran algunos demógrafos de prestigio los que vaticinaban un sinfín de catástrofres para nuestro planeta a raíz de este problema, en estos últimos años dicho asunto sigue dando que hablar. En este sentido, la superpoblación no solo está presente en los libros, sino también en algunas producciones cinematográficas.
Ejemplo de ello son las películas de Los Juegos del Hambre y La Purga.
Como bien sabemos, las proyecciones audiovisuales impactan de manera más directa en nuestra consciencia. Es por ello que este tipo de películas propician que las personas que las ven puedan reflexionar sobre el enigma de la superpoblación de una forma más inconsciente de la que lo harían aquellas personas que leyeran artículos o libros relacionados con el tema.
Cabe recordar los vínculos de la CIA con Hollywood.
El control poblacional o control de la población es la práctica de reducir, mantener o incrementar el número de individuos de determinada población —ya sea una especie humana, animal o vegetal— en un territorio. El control poblacional se lleva a cabo actuando básicamente sobre dos variables: la reproducción o procreación —índice de natalidad— y la mortalidad.
Estrategias de control agresivas
Históricamente algunos grupos étnicos, religiosos o ideológicos han intentado ejercer control poblacional por medios violentos:
-Genocidio
-Implementación o creación de virus u otras enfermedades
-Guerras, sitios a ciudades,
-Exclusión por la fuerza de territorios y sus recursos asociados.
-Infanticidio, practicado en la antigua Grecia o hasta recientemente en ciertas regiones de Asia.
-Eugenesia involucrando la esterilización forzada de ciertos colectivos.
También podemos abordar las estrategias de los colectivos LGTB, de la ideología de género, el aborto, el crecimiento de la población homosexual, donde al analizar con profundidad cada una de sus teorías y reivindicaciones, las cuales esconden sus oscuras intenciones, bajo un eslogan bien diseñado el cual genera adhesión casi sectaria, podemos ubicar este fenómeno financiado por grandes eugenistas como el SR Soros, en las estrategias culturales de control poblacional.
Es por investigar, por salir de los portales oficiales, por detenerme a analizar las estrategias políticas, los movimientos solapados detrás de la cultura, por leer todo lo que esté a mi alcance incluso la biblia y sus predicciones, es que me siento no un conspiranóico, sino un observador del mundo que me rodea.
No hay que tener miedo de desconfiar, puesto que esto nos hará investigar, nos hará llegar a una conclusión y criterio personal.
Los viejos, nuestros viejos, nos trajeron a este mundo, forjaron con esfuerzo los cimientos de generación tras generación, nos traspasaron valores, nos mostraron el camino a seguir, nos inculcaron la cultura del trabajo, del respeto, nos protegieron de enfermedades, de golpes, nos consolaron cuando sentimos dolor, nos curaron, nos ayudaron a construir nuestras alas y lloraron de emoción y de orgullo cuando nos vieron volar por primera vez.
Es nuestra responsabilidad como hijos, como nietos, devolverles ese esfuerzo, devolverle los cuidados, el amor, hacerlos sentir tan importantes como ellos nos hicieron sentir a nosotros. Pero por sobre todo, debemos protegerlos de este mundo del cual se están despidiendo, de este mundo tecnológico y comercial, de este mundo más contaminado, carente de valores básicos, protegerlos del sistema que los quiere borrar del mapa porque no producen riquezas materiales y son considerados una carga para la economía cuando ellos fueron la base de la misma.
No los dejes tirados en un lugar como si fuese un estorbo, no le sueltes la mano pues precisan de tu juventud para poder caminar el último tramo de su vida.
A todos los viejos de nuestro país y del mundo, gracias por ser el pilar fundamental de las sociedades, gracias por mostrarnos el camino, gracias por existir aún, contra todos los pronósticos.
Muchos estarán en este momento reunidos con sus hijos o nietos, leyendo estas líneas. Muchos hijos y nietos de viejitos olvidados también estarán escuchando, si los tenés cuidalos, si los tenes aún , protegelos, porque de nada sirve llorarlos cuando ya no los tengas más.
Esteban Queimada