Hoy el globalismo golpea una vez más. Y una vez más nos da la razón de que los uruguayos rechazamos lo efímero, el sinsentido. No queremos entrar en el juego de la desculturización y la descaracterización de nuestra sociedad. Este es un mensaje personal contra los medios operadores ideológicos y contra la división social que causan.
Hoy cualquier medio de comunicación señala con el dedo acusador, replicando las acciones por las que ellos mismos nos denuncian y demonizan. ¿Quiénes son estos medios para acusarnos? ¿Quiénes son estos medios para juzgarnos de manera moral y ética? ¿Quiénes son estos medios que se piensan valerosos por atacar, difamando sin fundamentos la integridad moral de una persona común? No hay más que miedo, cobardía e hipocresía en ellos. Son los sociólogos de izquierda, los nuevos filántropos de sillón, los buscadores de google y pseudoperiodistas; fanáticos y operadores políticos. Todos ellos bajo la sombra de un papel o de una pantalla, amoldados y encantados con este mundo moderno lleno de frivolidad, de la lectura rápida y del copy and paste. El mundo de la mediocridad en su máximo nivel. Operadores políticos que no saben lo que es el humanismo, que ejercen su dominio, su manipulación sin cultivar la humildad, la empatía, la dignidad, ni el respeto. No existe ningún operador de estos vinculado ni comprometido seriamente con los problemas reales de nuestro país.
Dejen de deconstruir poco a poco nuestra cultura. Dejen de querer hacernos sentir culpables por nuestra libertad como si se tratase de una obra kafkiana. Dejen de querer quitarnos nuestra identidad. Dejen de querer manipular a nuestra sociedad. Ustedes son la herramienta y el producto del globalismo salvaje que nos impulsa a pensar de la misma manera a todos los seres humanos, generando una civilización adoctrinada, cansada y vacía. Ustedes son el producto de la sociedad del rendimiento; seres depresivos y fracasados.
Tomen conciencia de la responsabilidad que tienen, y háganse cargo. La responsabilidad como medios de comunicación pública. La responsabilidad de informar la verdad objetiva y no una verdad disfrazada. La responsabilidad de no dividir a su propio pueblo, de no generar violencia. La responsabilidad de cuidar un estado de derecho que nos mantenga fuertes y firmes contra toda amenaza exterior. La responsabilidad de no generar caos, miedos, demonios entre nosotros los orientales.
Están operando como desestabilizadores políticos, sociales y culturales. Nos están contaminando con su ideología del odio y del resentimiento, con su juego político que condena al que piensa diferente o no coincide con sus doctrinas. Esto es totalitarismo hipermoderno. Esto sí es fascismo.
Basta de mártires. Basta de la victimización a costa de las desgracias de los otros, velando por sus intereses personales. Basta con tanta estupidez. Estamos hartos de este juego macabro. Hartos de que nos quieran dividir entre buenos y malos. Estamos hartos de que sigan promulgando este nihilismo aterrador que amenaza nuestra sociedad, que amenaza nuestro espíritu nacional.
Hoy la lucha no debe ser entre nosotros. Hoy debemos de unirnos como nación y batallar contra toda la basura que nos viene de afuera. ¿Piensan acaso, que país les espera a sus hijos, a sus nietos? ¿No les da vergüenza la falta de conciencia? Hoy no son tiempos para desvalorizarnos ni despreciarnos. Esos tiempos ya pasaron y le han costado caro al pueblo uruguayo. ¿Por qué elegir seguir con esta violencia y división? ¿Cuál es el interés que tienen? ¿Cuál es su estrategia oculta?
Somos todos orientales y, ante todo, somos humanos. Humanos orgullosos de nuestra tierra, de nuestra sangre. Orgullosos de nuestro nombre, de los valores que nos han sabido transmitir nuestros padres; esa lealtad a la patria, a nuestro propio pueblo. Es este orgullo el que nos mantiene vivos y fuertes, y el que nos da un sentido de pertenencia, de existencia. No dejaremos que nos vendan a ideologías internacionalistas ni odios ajenos. Hoy recibimos los golpes por defender nuestra bandera, la de los orientales. Lo hacemos con honor y coraje, y con la convicción invencible de que la defensa del espíritu humano y nacional está por encima de todo.
Muy buen artículo. Hacen falta más mujeres como la escritora, y menos femibolches.
Exelente:
Creo que es una parte falta algo. Acá solo habla de un tema. El globalismo ya esta instalado desde 1990. No lo vimos…..llegar? Estamos ya con implantes culturales, economicos y de autoflagelamiento. Esto ocurrio pero en el sentido contrario en el año 0 de la era cristiana. Allí un tipo vino a despertar conciencia y liberar del yugo romano a un país un continente y hoy resulta que fue todo lo contrario porque quien ya dominaba las masas ya utilizo esa ideología religiosa para crear otra realidad que aterrorizó a los NO CREYENTES y los devastó hasta el día de hoy. Siempre fuimos rehenes de algún tirano y hoy los tiranos se unieron para terminar la torta y repartir los trozos, sin mosotros. Creer que esto acabara pronto es una ilusión. Nos quedan años de lucha, y no es una lucha visual. No soy mística, pero si se que soy diferente por alguna razón. Y creo que este mundo así ya no me sirve. No se crear una realidad distinta, pero lo intento, pero veo que la gente vuelve a caer en el yo y no en el nosotros. Acá no hay mas pais. Ahora somos Mundo y seguiremos teniendo títeres de gobernantes hasta que no los necesiten mas. Esto hasta 2025 sigue en carrera.
Soy argentino del sur, mas exacto de la provincia de Neuquén y me da mucha alegría y verdadera esperanza al leer tu nota Carolina, una vez leí un comentario que se me grabó y lo comparto, decía : «No hay izquierdas ni derechas, solo hay personas con honestidad mental y personas deshonestidad mental, las primeras te van a ofrecer amor, paz, bienestar y libertad porque es lo que ellas quieren para si mismas, las segundas tratarán a los demás como seres inferiores, incapaces y peligrosos hasta el grado de querer eliminarlos».
Gracias Carolina «honesta mental» Radaelli.