Dentro de la coalición de izquierda, el comunismo logró obtener la mayoría de las bancas en el parlamento y se propone obtener el gobierno departamental de Montevideo. El comunismo intenta ‘’renovarse’’ alineándose a la agenda global, agenda con la cual coquetean también los sectores más moderados de los partidos tradicionales, mientras sus sectores más volcados hacia la derecha, miran de reojo a un nuevo partido político, como un nicho de alianzas para eventualmente alinearse en las próximas elecciones.
Tanto en las elecciones pasadas y en la conformación de las cámaras, un nuevo jugador apareció para sumarse a la batalla ideológica y ser el gran protagonista junto al comunismo, de la verdadera guerra mundial entre Globalismo y Nacionalismo.
Hablamos del Partido Cabildo Abierto liderado por el ex comandante en jefe del ejército Guido Manini Ríos, quien irrumpió en la arena política con polémica, ya que su figura y sus embates contra el fiscal general Jorge Díaz, al cual acusa de tener un sesgo ideológico a la hora de archivar o actuar, en torno a los delitos de lesa humanidad cometidos en la dictadura militar, removieron ese pasado oscuro que tanto rédito político discursivo le trajo a la nueva izquierda y el cual, luego de 47 años sigue ocupando las portadas de prensa.
Tanto en el pasado como en la actualidad, los partidos políticos apuntan sus estrategias divisorias para disputarse al electorado. El avance tecnológico y con él la llegada de las redes sociales, han visibilizado aún más el descontento popular y la batalla ideológica.
La coalición de gobierno denominada ‘’Multicolor’’, se creó con la estrategia clara de aunar votos para bajar del gobierno al Frente Amplio, quien se disponía a mantenerlo por cuarta vez consecutiva en las pasadas elecciones del 27 de octubre de 2019, pero no pudo por muy poca diferencia, tal es así que tuvimos una segunda instancia de votación conocida como ‘’Balotaje’’, la cual también fue muy disputada y por una mínima diferencia, el Frente Amplio no pudo mantenerse en el poder el cual ostentaba desde 2004.
En la campaña electoral pasada, la batalla desde las propuestas y desde lo discursivo, se centraba entre liberalismo y estatismo, en ella eran arrojados de ‘’bando a bando’’ como misiles, renombrados casos de corrupción del pasado y contemporáneos, el Banco Pan de azúcar, Ancap, Pluna, Bascou, los negociados con Venezuela, Cuba, la regasificadora, los ministerios, opacidades, irregularidades de las empresas públicas, el gordo estado y el libre mercado, el déficit fiscal, el despilfarro de los dineros públicos y la inflación, eran los protagonistas de la contienda electoral.
Luego de la derrota del Frente Amplio en las urnas, el gobierno electo conformado por 5 partidos políticos, empezaba a caminar cuando se vio sorprendido, como el mundo y sus habitantes por un nuevo virus, una nueva pandemia que puso en jaque la economía mundial. Emergencia sanitaria de por medio, el nuevo equipo económico fue puesto a prueba y la primera señal que emanó fue Keynesiana, eso desató el descontento de los liberales que votaron un cambio.
La discusión económica se había encendido con la contradictoria aprobación del nuevo presidente al contrato Upm2, al cual el mismo lo había calificado de ‘’entrega’ y teniendo en sus manos la suspensión de este contrato, ajustándose al mismo el cual en su artículo numero 7 le daba las potestades para hacerlo, decidió continuar con dicha ‘’entrega’’ la cual pasó de izquierda a derecha convirtiéndose en ambidiestra.
Pero la guerra no es económica es cultural, ser de derecha al parecer es malo y ser de izquierda es aparentemente estar del lado de los buenos, tal es así que los partidos tradicionales, danzando con la bestia Globalista y su agenda de derechos, escondieron sus expresiones duras para batallar en campaña. El actual presidente escondió la figura de su padre Luis Alberto Lacalle durante la campaña y con él al Herrerismo.
Por su parte el Partido Colorado escondió la figura de Pedro Bordaberry simplemente por portación de apellido y le dio poco protagonismo al Pachequismo, flameando la bandera Batllista y creando un sector más moderado aún como Ciudadanos, de donde surgió la figura de un Tibio y cambiante Ernesto Talvi, que vaya uno a saber, cuál fue la verdadera razón por la cual se retiró de la política y abandonó el cargo que le había tocado en la repartija de poder.
Dentro de tanta confusión y como una especie de ‘’parte aguas’’, el conocimiento público de algunas cartas del Tribunal de honor militar, tanto en la carrera política previa a las elecciones pasadas como en la actualidad, en medio de auditorías de las cuales se desprenden irregularidades en la gestión frenteamplista, el tema de la dictadura y sus pactos vuelven a taparlo todo y a apuntar a la figura de Manini Ríos, el cual al parecer, es el ‘’cuco’’ de la izquierda para las próximas elecciones.
Lo cierto es que al ex comandante lo protegen los fueros parlamentarios, los comunistas para afuera dan discurso de repudio pero para adentro, saben de los pactos de silencio de los que sus máximos líderes formaron parte y le pasan la pelota al Partido Ncional, el cual, saben positivamente que necesitan a Cabildo Abierto como socio, al menos por ahora y que pronto podrán cambiar al Fiscal de corte y para eso cuentan con mayoría parlamentaria la cual deben proteger.
Volviendo a la polarización y a la batalla cultural en medio de un marco Globalista-Nacionalista, el único partido que puede albergar a las fracciones de derecha dura de los partidos tradicionales, a los anti globalistas entre los cuales se encuentran muchos de la ‘’izquierda vieja’’, a los conservadores y encarar una férrea lucha contra la hegemonía cultural, es Cabildo Abierto y la figura de su líder. Tal es así que todos los misiles, políticos y periodísticos apuntan hacia un mismo lado.
La polarización fue alimentada, creció y ya está dando hijos, resta esperar a las próximas elecciones para ver qué hilos se tejen, qué papel preponderante tendrán las logias y el Opus Dei de siempre, qué alianzas políticas copen las portadas de prensa y qué lideres estarán a la altura de esa contienda. Por el momento sabemos que desde el Frente Amplio vienen moldeando al figura de Yamandú Orsi, en el Partido Nacional y el en Partido Colorado no se vislumbran candidatos fuertes para las próximas elecciones y hasta ahora, solo se observa a un Manini Ríos con una masa creciente de facciones de derecha arrimándose a su partido y una izquierda moderada sin peso ni protagonismo y al comunismo comandando a la izquierda uruguaya. Con una opinión pública y un electorado polarizado, las próximas elecciones no son terreno para el centrismo.
Esteban Queimada
A la izquierda uruguaya la «comanda» la necesidad, igual que a la mayoría de ciudadanos de este país. Eligen proyectos con propósito de incrementar su bienestar. No son militaristas.
Este país se caracteriza por haber construido PATRIMONIO PUBLICO
Hay una facción de la izquierda que le encanta la militarización. Zabalza , Mujica, Huidobro, Bonomi, y el resto de la banda ¿no eran militaristas? EL asalto al club de tiro Suizo o la toma de Pando, ¿con qué la hicieron ? a Pascacio Baez ¿con qué lo mataron? a MOLAGUERO BRESCIO ¿con qué lo secuestraron? ¿con los jazmines del Pepe arrojados violentamente?
Me parece que no.
AL FRENTE AMPLIO NO SE PUEDE PERTENECER SI SE ES MILITARISTA. NO NIEGO QUE LO HAYAN SIDO NI LO AFIRMO , pero con anterioridad a su incorporación al Frente Amplio.
En mi concepto erraron el camino a los cambios sociales, pero tuvieron y tienen en común con el FA, el deseo de cambio o desarrollo social con equidad.